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Ajuste de precio y locked box en operaciones de compraventa

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Ajuste de precio y locked box en operaciones de compraventa

En operaciones de M&A o contratos de compraventa de empresas, el precio determina la circunstancia negocial más relevante. Sin embargo, atendiendo a la dilación en el tiempo que requiere este tipo de operaciones, resulta complicado establecer un precio equilibrado desde el principio. Téngase en cuenta que la actividad de la empresa continúa mientras las negociaciones siguen su curso, de modo que las variaciones de crecimiento experimentadas por la compañía pueden determinar a su vez cambios en su valoración.

Para impedir que las negociaciones se frustren por esta circunstancia, o que se exija una negociación constante del precio cada vez que los resultados económicos de la empresa sufren alguna variación, conviene que las partes pacten de inicio un criterio de determinación del precio. De modo que, conforme a dicho pacto, se pueda ajustar el precio final en función de cambios en la situación de la empresa.

Las fórmulas más comunes para determinar el precio final son el ajuste de precio o completion accounts (precio variable o variable de ajuste) y el locked box (caja cerrada). En este artículo, analizaremos las principales diferencias entre estas dos fórmulas, sus ventajas y desventajas, y su uso en el contexto actual de las transacciones entre compañías.

El ajuste de precio es una cláusula que permite determinar el precio de la transacción en función de los resultados financieros de la empresa en un período posterior, normalmente referidos a la fecha de cierre de la operación (closing).

El principal beneficio del ajuste de precio es que permite a las partes ajustar el precio de la transacción en función de la realidad financiera de la empresa una vez llegado el cierre, lo que puede ser especialmente útil en situaciones en las que la situación de la empresa es incierta o en constante cambio. Además, esta fórmula puede ser conveniente para incentivar al vendedor a mantener una buena gestión de la empresa mientras se mantienen las negociaciones, y especialmente durante el periodo interino comprendido entre el signing y el closing, ya que su compensación final en concepto de precio depende en parte de los resultados financieros a fecha de cierre.

Por otro lado, la principal desventaja del ajuste de precio es que su cálculo puede ser complejo y subjetivo, lo que puede generar desacuerdos y disputas entre las partes. Además, este tipo de cláusula puede ser menos atractivo para el vendedor, ya que no sabe exactamente cuál será la compensación final, lo que puede dificultar la planificación financiera a largo plazo.

Siempre dependerá del caso concreto. Aquel vendedor que tenga plena confianza en el crecimiento de su compañía, tendrá un incentivo adicional para acogerse a un pacto de ajuste de precio, que le permita incrementar sus expectativas de ingresos por la propia deriva positiva de los estados financieros.

El locked box, por otro lado, es una cláusula que establece un precio fijo para la empresa en una fecha anterior al cierre de la operación (por ejemplo, la fecha de la auditoría o la fecha de firma del contrato – signing -), y que excluye cualquier variación del resultado financiero posterior. En estos casos el precio final será el acordado desde un inicio, independientemente de los resultados financieros de la empresa a la consecución de las negociaciones o a la fecha del cierre.

La principal ventaja del locked box es su simplicidad y transparencia, ya que el precio se establece de antemano y no hay necesidad de realizar cálculos o ajustes posteriores al cierre. En este sentido puede ser una solución más atractiva para el vendedor, ya que proporciona una certeza financiera inmediata y no está sujeta a posibles disputas o reajustes posteriores. Aunque, como advertíamos anteriormente, tampoco podrá incrementar el precio si mejoran los resultados de la empresa.

Por el contrario, de cara al comprador, puede ser menos atractivo en situaciones en las que la situación financiera de la empresa es incierta o en constante cambio. Además, el locked box puede desincentivar al vendedor a seguir gestionando la empresa una vez acordados los términos, ya que su compensación final en concepto de precio no depende de los resultados financieros posteriores.

En la práctica, la conveniencia entre el ajuste de precio y el locked box dependerá de las circunstancias específicas de la transacción. Por ejemplo, si la empresa se encuentra en una industria altamente competitiva y en constante cambio, el ajuste de precio puede ser más adecuado para reflejar mejor los cambios en el mercado. Por otro lado, si la empresa tiene una posición más estable, el locked box puede proporcionar una mayor certeza y transparencia en el precio sin riesgo de provocar un desequilibrio excesivo.

La fórmula del locked box permite no tener que preparar nuevamente unos estados contables al momento del closing, ni comprobar nuevamente los fundamentales de la empresa. Pero existe el riesgo de que el vendedor haya efectuado movimientos contables durante el periodo interino (periodo de tiempo entre el signing y el closing). Para ello, y cuando se trabaja con un acuerdo de locked box, parece razonable exigir al vendedor que no efectúe salidas de caja o cobro de conceptos no contemplados y pactados con el comprador. Y todo ello bajo el apercibimiento de calificar dichas actuaciones como filtraciones indebidas, más comúnmente conocidas como leakage, salvo que hubieran sido expresamente autorizadas por el comprador (permitted leakage). El SPA, o contrato de compraventa, deberá contemplar la regulación de penalizaciones en caso de incumplimientos de esta naturaleza por parte del vendedor.

Conviene precisar que, aunque el ajuste de precio y el locked box son fórmulas diferentes, pueden ser combinadas en un mismo contrato de compraventa. Por ejemplo, se puede utilizar un criterio de locked box para establecer un precio inicial, y luego acordar un ajuste de precio para reflejar cambios específicos en la situación financiera de la empresa después del cierre. En este caso las modificaciones no afectarían la totalidad del precio, sino únicamente una parte.

En conclusión, tanto el ajuste de precio como el locked box son cláusulas útiles para ajustar el precio en los contratos de compraventa de empresas. Cada una tiene sus propias ventajas y desventajas, y la elección dependerá de las circunstancias específicas de la transacción. Es importante que las partes negocien cuidadosamente las cláusulas de ajuste de precio para evitar disputas y asegurar una transacción exitosa y equilibrada.

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